En las últimas semanas, la sociedad Mexicana ha sido sacudida por la llegada de un nuevo virus, el AH1N1. El gobierno Mexicano, al conocer el impacto de este virus y siguiendo el plan de acción de la OMS, actuó rápido: Se decretaron suspensiones de clases durante 2 semanas, se tomaron acciones que aunque afectaban la vida económica y social de la población, paliaban la propagación del virus; se informó a la sociedad a través de todos los medios de comunicación la naturaleza de la infección y los métodos para la prevención de adquisición del nuevo virus, y se estableció una ruta a seguir para recuperar la normalidad de la vida cotidiana. Para muchos, fue una exageración este accionar del gobierno; para otros, fue la única manera de contener la propagación de este nuevo virus.
A 4 semanas se ha conocido bastante de este virus: es curable si se trata a tiempo, es mortal sólo si existe retraso en la atención médica y es, en general, menos catastrófico de lo que se pensó en un inicio. Sin embargo, la sociedad mexicana está amenazada desde hace 26 años por un virus mucho más peligroso cuyo tratamiento paliativo cuesta cientos de miles de pesos por persona infectada al año, que afecta principalmente a personas económicamente activas, hombres y mujeres, que acecha a personas jóvenes y familias enteras, que socialmente causa discriminación, burla y hasta indiferencia al contagio, pero que sin duda alguna, es mortal para quien es portador y por definición, sin cura alguna hasta el momento. Nos referimos al virus del VIH.
¿Cuál ha sido el diferenciador ante la amenaza de infección de los virus AH1N1 y VIH? Sin duda alguna la asimetría en la toma de decisiones del gobierno y sociedad para prevenir una e ignorar otra. No hay parámetros de comparación entre el cúmulo de decisiones tomadas para contener y controlar el virus AH1N1, y la cantidad mínima de acciones que se han tomado en el tiempo para prevenir la propagación masiva del virus del VIH.
¿Por qué la carencia de programas de prevención constantes contra el VIH? ¿Por qué no se informa continua y eficazmente por los medios de comunicación que el VIH es mortal? ¿Por qué la sociedad no promueve el uso de prácticas seguras para evitar el contagio del VIH? ¿Por qué la iglesia católica puede suspender la misa dominical obligatoria en sus feligreses pero condena el uso del condón como medio preventivo de contagio? ¿Por qué no hay un plan nacional para reducir el contagio de VIH, como lo hay para el AH1N1? ¿Por qué no hay efectividad en la asistencia hospitalaria gratuita para los enfermos de VIH? ¿Por qué no hay un esfuerzo continuo de las unidades móviles de salud para la prevención y detección del VIH? La respuesta para todas estas preguntas es conocida como la tripe I: Ignorancia, Indiferencia e Irresponsabilidad del gobierno, autoridades sanitarias y de la sociedad.
No queremos que esto quede así: como organismos dedicados a la lucha contra la propagación del VIH en México exigimos a la sociedad, gobierno y autoridades sanitarias mexicanas reconocer la importancia de la pandemia del VIH en México y que haga esfuerzos equivalentes a los tomados con el virus AH1N1 para:
Realizar acciones permanentes de información para la prevención y contagio del VIH en medios de comunicación dirigidos a todos los niveles sociales y educativos.
Programación de campañas de salud constantes para prevenir y atender el VIH.
Presupuesto suficiente del gobierno federal, estatal, municipal y delegacional para prevenir y atender la pandemia del VIH.
Estamos hoy, a 26 años de distancia del inicio de esta pandemia, pidiendo a la sociedad mexicana, al gobierno y autoridades sanitarias no olvidar: no olvidar a los miles de mexicanos infectados y muertos por VIH, a los hombres, mujeres, niños, jóvenes y viejos que viven y mueren por las secuelas de un virus para el cual no existió plan de acción gubernamental, no dispusieron hospitales ni atención médica global y gratuita, no prestaron ni medicinas ni cuidados, no existió información continua ni oportuna de prevención en los medios de comunicación para llegar a todos los niveles sociales y de educación y que, hasta el día de hoy, existe una indiferencia social, sanitaria y gubernamental de que estamos ante una pandemia mas grave, mas mortal, mas permanente y mas lacerante como es la del VIH.
A 4 semanas se ha conocido bastante de este virus: es curable si se trata a tiempo, es mortal sólo si existe retraso en la atención médica y es, en general, menos catastrófico de lo que se pensó en un inicio. Sin embargo, la sociedad mexicana está amenazada desde hace 26 años por un virus mucho más peligroso cuyo tratamiento paliativo cuesta cientos de miles de pesos por persona infectada al año, que afecta principalmente a personas económicamente activas, hombres y mujeres, que acecha a personas jóvenes y familias enteras, que socialmente causa discriminación, burla y hasta indiferencia al contagio, pero que sin duda alguna, es mortal para quien es portador y por definición, sin cura alguna hasta el momento. Nos referimos al virus del VIH.
¿Cuál ha sido el diferenciador ante la amenaza de infección de los virus AH1N1 y VIH? Sin duda alguna la asimetría en la toma de decisiones del gobierno y sociedad para prevenir una e ignorar otra. No hay parámetros de comparación entre el cúmulo de decisiones tomadas para contener y controlar el virus AH1N1, y la cantidad mínima de acciones que se han tomado en el tiempo para prevenir la propagación masiva del virus del VIH.
¿Por qué la carencia de programas de prevención constantes contra el VIH? ¿Por qué no se informa continua y eficazmente por los medios de comunicación que el VIH es mortal? ¿Por qué la sociedad no promueve el uso de prácticas seguras para evitar el contagio del VIH? ¿Por qué la iglesia católica puede suspender la misa dominical obligatoria en sus feligreses pero condena el uso del condón como medio preventivo de contagio? ¿Por qué no hay un plan nacional para reducir el contagio de VIH, como lo hay para el AH1N1? ¿Por qué no hay efectividad en la asistencia hospitalaria gratuita para los enfermos de VIH? ¿Por qué no hay un esfuerzo continuo de las unidades móviles de salud para la prevención y detección del VIH? La respuesta para todas estas preguntas es conocida como la tripe I: Ignorancia, Indiferencia e Irresponsabilidad del gobierno, autoridades sanitarias y de la sociedad.
No queremos que esto quede así: como organismos dedicados a la lucha contra la propagación del VIH en México exigimos a la sociedad, gobierno y autoridades sanitarias mexicanas reconocer la importancia de la pandemia del VIH en México y que haga esfuerzos equivalentes a los tomados con el virus AH1N1 para:
Realizar acciones permanentes de información para la prevención y contagio del VIH en medios de comunicación dirigidos a todos los niveles sociales y educativos.
Programación de campañas de salud constantes para prevenir y atender el VIH.
Presupuesto suficiente del gobierno federal, estatal, municipal y delegacional para prevenir y atender la pandemia del VIH.
Estamos hoy, a 26 años de distancia del inicio de esta pandemia, pidiendo a la sociedad mexicana, al gobierno y autoridades sanitarias no olvidar: no olvidar a los miles de mexicanos infectados y muertos por VIH, a los hombres, mujeres, niños, jóvenes y viejos que viven y mueren por las secuelas de un virus para el cual no existió plan de acción gubernamental, no dispusieron hospitales ni atención médica global y gratuita, no prestaron ni medicinas ni cuidados, no existió información continua ni oportuna de prevención en los medios de comunicación para llegar a todos los niveles sociales y de educación y que, hasta el día de hoy, existe una indiferencia social, sanitaria y gubernamental de que estamos ante una pandemia mas grave, mas mortal, mas permanente y mas lacerante como es la del VIH.
¡ NO MAS INFECTADOS NI MUERTOS POR VIH EN MEXICO ¡
Para mayores informes con David Hernández Sánchez miembro de BRIGADA 2015 y Miembro del Comité Eventos SIDA 2009.
No hay comentarios:
Publicar un comentario